Os dejo un articulo mio que salio publicado el pasado junio en "eldiario.es"
España, año 2013 de la
era occidental, o 1434 de la era musulmana o 4711 de la era china, elija usted
la que quiera. La fecha no es determinante para analizar el contexto social en
el que vivimos, son los hechos los que determinan en qué momento se encuentra
nuestra sociedad y estos hechos por desgracia nos trasladan a una época en la
que nos vemos envueltos en grandes retrocesos sociales, sobre todo en lo
concerniente al reconocimiento de la alteridad como núcleo esencial de los
Derechos Humanos.
Gestionar
la Diversidad social en la que nos encontramos es en sí mismo un reto
complicado y más si somos conscientes de que las personas que se encargaran de
gestionarlo son individuos que forman parte de nuestra sociedad, por lo que
debemos tener en cuenta que ambiente es el que les rodea para saber así como
reaccionan.
Para
un sencillo análisis del cómo se utiliza de manera irresponsable, o no, las
corrientes de creación de opinión, podríamos empezar por los medios de
comunicación. Existe una preocupación por la representación que los medios de
comunicación europeos dan del mundo árabe y musulmán y el énfasis por trasladar
esta imagen podríamos decir que empieza tras la primera guerra del Golfo, poco
tiempo después de la caída del muro de Berlín. Es a partir de ese momento en el
cual podríamos decir que el enemigo pasa de ser el “rojo” (contexto de la guerra fría y la lucha
entre los dos bloques, el occidental y el de los países comunistas) a ser el “verde”(color
que representa el Islam). Ya en su momento, Edward Said alerta en su análisis
sobre la cobertura mediática del islam (Said, 1997) que “para la opinión pública en general de EE.UU y Europa, el
Islam representa noticias desagradables. Los medios, los gobiernos, los
estrategas geopolíticos y los académicos, todos ellos coinciden en señalar al
Islam como una amenaza para la civilización occidental”.
Analizado
este contexto, podríamos afirmar que tal y como explican Maxwell McCombs y
Donald Shaw en su “teoría de la configuración de
agenda”, los
medios nos dicen sobre que pensar y por tanto, sobre que opinar. Esto aclararía
que las responsabilidad sobre lo que está sucediendo es compartida y nos
debería hacer reflexionar sobre qué modelo de sociedad queremos.
Pero
tal y como decía Edward Said, existen muchos responsables en la representación
de una imagen desagradable de Islam o lo Árabe. Si analizásemos el papel de los
medios audiovisuales, veríamos que en muchas ocasiones de una manera sutil y en
otras no tan sutil, las series de televisión o las películas en las cuales
salen árabes o musulmanes, el papel que se les asigna e interpretan refuerzan
estereotipos (viven en el desierto, visten chilabas, son los malvados de la
película o de la serie, se mueven por odio o venganza, son de piel oscura y
llena de cicatrices, etc) hasta las películas de dibujos animados como la de
Aladdin, refuerzan esta imagen asignando un acento más marcado y diferente a la
hora de hablar, acompañado de rasgos más marcados a los malos (nariz ganchuda,
barba larga, ojeras muy marcadas).
Tampoco
se quedan cortos algunos intelectuales y académicos. En este ámbito
especializado encontramos de manera destacada al ideólogo de la Teoría del “Choque
de Civilizaciones”(Samuel Huntington) el cual, en un momento
dado de su teoría, habla del “peligro de los musulmanes y de su
propensión hacia el conflicto y la violencia que los convierte en una amenaza” Con estos comentarios
contribuye de forma intencionada a alimentar una imagen violenta y que sirve
para generar odio, ligando unas características de identidad del individuo a la
violencia y el conflicto.
Pero
no solo Huntington contribuye al discurso del miedo y del prejuicio y
estereotipo, también podemos encontrar declaraciones sorprendentes de la mano
del premio Príncipe de Asturias, Giovanni Sartori, el cual afirmaba que “…el Islam representa el extremo más alejado de Europa…La
integración de sus fieles es muy difícil. Esta situación mejorara con los
inmigrantes de segunda generación…siempre que no sean educados en escuelas
musulmanas”. En
este discurso se puede apreciar un afán por la anulación total de los orígenes
del individuo, haciendo que se asimile al entorno en el que vive, pretendiendo
a su vez crear una imagen falsa del continente europeo ignorando las
aportaciones musulmanas a la creación de Europa y sobre todo excluyendo a una
parte de la ciudadanía europea musulmana propia del continente de países como
Croacia, Bosnia o Bulgaria entre otros.
En
resumen, revisando el papel de los medios, académicos y demás sujetos notables
de repercusión, podríamos decir que nos encontramos ante lo que Hall denomino
como el “poder simbólico” consistente en la
capacidad de marcar, asignar y clasificar a otros reforzando los estereotipos y
aumentando los prejuicios. Esto lleva tiempo ocurriendo con diversidad de
colectivos y en cada ocasión existen cada vez mas entidades interesadas en la
creación de conflictos resaltando las diferencias en lugar de los puntos de
unión.
Todos
estos ejemplos demuestran las trabas a las que cualquier persona se tendrá que enfrentar
para iniciar un diálogo interno y posteriormente externo, de acercamiento y
respeto al otro, al diferente. Si alguien hoy en día quiere convertirse en un
individuo pleno y ciudadano global, deberá salir indemne de todo este caudal de
información negativa y estereotipada, para así llegar al final a convertirse en
un miembro de esta sociedad Intercultural y no morir en el intento.