martes, 28 de abril de 2009

Nada de lo humano, me es ajeno


Hoy es un día raro, no digo diferente, digo raro. Ayer estuve en un acto en la Agrupación Socialista del Distrito centro de Madrid, en el cual participo como invitado Sigifredo López Tobon, un hombre que estuvo secuestrado por las FARC, durante años.
No hablo de filosofía, no hablo de odio o de venganza. Hablo de lo humano, de los valores por los cuales luchamos día a día, y de cómo conseguir una mayor justicia social.
Sigifredo es una de esas personas que tiene un trato calido, cercano, muy humano. Trasmite calor y comprensión y preocupación por todo lo que nos rodea. Tal vez sea por el largo cautiverio que sufrió, por lo que ha aprendido al valor real que tiene la vida.
Nos dijo cosas muy esperanzadoras y sobre todo nos dijo como desde su punto de vista se puede solucionar un conflicto que lleva más de un millón de muertos en los últimos 50 años. Aquí os dejo algunas de esas frases; “nunca he visto que alguien solucione un problema insultando o atacando al otro”, “descubrí que una cosa es hablar de la paz desde el despacho, desde el pupitre y otra es hablar de paz cuando has estado en las entrañas del horror y ves como asesinan a seres humanos o los tienen atados con cadenas a los árboles”, “no podemos buscar objetivos nobles, a través de métodos ruines”.
Nos deleito con unas magnificas reflexiones sobre el ser humano y como llega a justificar sus ruindades, en pos de un fin. Ayer Sigifredo toco mi fibra, y me enseño que la igualdad, la justicia social y la libertad, es algo por lo que tenemos que luchar día a día desde todos los ámbitos en los que nos movemos. La familia, los amigos, las amigas, la pareja, el trabajo, nuestro ocio, todos y cada uno de esos aspectos que conforman nuestra identidad.

Hoy me he levantado, y he recibido la mala noticia del fallecimiento de un ser querido, que de manera cercana, también me trasmitió esos valores de respeto por lo humano.
Hoy es un día raro en el cual, uno sabe que esas personas que han pasado por situaciones complicadas, y que nos han dejado, no han sido egoístas y que cuando se fueron no se llevaron todo con ellos, si no que nos dejaron su recuerdo y el recuerdo de todo su trabajo y enseñanzas.
Gracias a todas y cada una de esas personas que luchan por los demás y que viven con una premisa;
“Nada de lo humano me es ajeno”

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